Real Time Web Analytics Bruselas10: diciembre 2008

martes, 23 de diciembre de 2008

Espiados


Leo en un blog técnico que el Internet a través de los teléfonos móviles va a verse muy potenciado por la extinción definitiva de la televisión analógica. La Comisión europea ha dado ya su visto bueno al formato de TV para móviles, y todo parece indicar que nos encontramos en puertas de una nueva revolución digital: Internet completo y en el bolsillo.

Nada que objetar: Yo soy de los que creen que en un futuro más o menos inmediato, la información, en formato multimedia, la llevaremos a cuestas.

Lo que no me parece nada bien son los abusos que se vislumbran ya de esas nuevas tecnologías. Leo en un periódico económico que una empresa alemana ha puesto a punto una tecnología para saber en todo momento qué sitios de Internet visitan los usuarios de teléfonos móviles. 2009, según la información, va a ser determinante para escoger el modelo de negocio que servirá con el Internet móvil. El director de Estrategia de uno de los principales institutos de mercado del mundo, GfK, el cuarto a escala planetaria, asegura disponer ya de la herramienta correcta “para seguir con precisión el recorrido de usuario de Internet móvil”. La técnica consiste en “situar sondas en la red de un operador, mediante las que podemos descubrir la hora de conexión, la página visitada, el tipo de terminal conectado, el tiempo transcurrido…” ¿Qué hacer con toda esa información?: “preservando la identidad del internauta móvil, se puede hacer llegar al operador, de manera que este les ofrezca a los anunciantes la mejor medición posible del impacto de sus anuncios”.

Yo no sé lo que pensarán ustedes, pero a mí, esta historia me parece una aberración. Como periodista, he tenido que contarles a los lectores un montón de veces las vicisitudes de la Directiva de Protección de Datos y ahora me encuentro con que unos espabilados están en condiciones de coleccionar datos de comportamiento de usuarios por Internet, a efectos publicitarios. Sí, ya sé que Google lo hace habitualmente, pero yo puedo utilizar ese motor de búsqueda, o no.

De lo que hablamos ahora es distinto: se trata de que una empresa de análisis de mercado, en connivencia con mi operador de Internet, subrepticiamente, coleccione enormes volúmenes de información de los usuarios de la Red. El número del teléfono que navega por esas páginas está incluido en esa información, pero GfK dice que “preservará el anonimato” del usuario, cuando comunique los datos a los operadores para que estos, a su vez, les digan a los anunciantes cómo y por dónde tienen que orientar su mensaje. GfK supongo, estará sometida a la Directiva de Protección de Datos pero, qué quieren que les diga, a mí, que llevo décadas manejando datos con ordenadores, no me reporta ningún consuelo.

Estoy convencido de que permitir estas prácticas es nocivo para la libertad individual. No debería estar autorizado coleccionar información sobre los hábitos de las personas. Se trata de información sensible que un día puede ser utilizada por los anunciantes, otro por los políticos y un tercero por los dictadores o por cualquier enemigo de las libertades individuales. Con resultados catastróficos. El otro día discutía de este asunto en casa, con unos amigos: me tachaban de retrógrado. Por lo visto, es el progreso y hay que apechar con sus servidumbres. Yo no lo creo así, sobre todo porque las nuevas tecnologías, estas del rastreo por Internet combinadas (que se puede) con las RFID (siglas de Radio Frequency Identification Device, pequeñas etiquetas adheridas a todo género de objetos que transmitirán información a unas microantenas desplegadas por cualquier lugar, y por ellas a enormes bancos de datos), van a desnudarnos mucho más que el scanner ese de los aeropuertos. Y una vez desnudos, ya nos vestirán otra vez los publicitarios, y nos volverán a desnudar cuando nuestra ropa sea identificada públicamente (por un error del sistema, claro) como de la temporada pasada, a través de las etiquetas RFID.

¿No me creen?. Al tiempo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Pícaros


En estas épocas de aguinaldos, sigue maravillándome la picaresca humana, que como todo el mundo sabe no nació en el patio de Monipodio sino en Picardía, que está muy cerca de aquí, subiendo hacia la costa, a la izquierda.

Hay una costumbre parcialmente consentida por las autoridades belgas que consiste en que los servicios públicos –o gentes que dicen que los representan- te vienen por estas fechas a casa, a sacarte los cuartos. Durante el resto del año te los saca el Estado, porque Bélgica es un país muy caro y pone precios exorbitantes a lo que te da.

Pero el caso es que es habitual ver estos días el desembarco de personal de la basura, de bomberos, de Correos, hasta algunos que dicen ser de la policía… pidiéndote unos euros con excusas diversas: que si la revista para los jubilados del Cuerpo, que si tararí, que si tarará.

Yo no sé lo que pensarán ustedes, pero si se te presenta un bombero en casa diciéndote que el abono a la publicación “equis” cuesta tanto al año, pero tanto menos al trimestre y nadie te dice nada si pasado el primer periodo te olvidas, pues te quedas con el trimestre. No vaya a ser que se te queme la casa y te vengan con la manguera seca.

Y otro tanto con los esforzados chicos de las basuras, que ves pasar por tu calle a las 7 de a mañana recogiendo las bolsas de plástico a un ritmo propio de titanes. Son pocos, les asignan recorridos largos y el camión pasa a toda leche para cubrir con la cuota de calles que el capataz le ha asignado. Aquí no hay contenedores de basuras y los vecinos tenemos que almacenarla en bolsas de distintos colores según el género, y guardarlas en casa hasta que toca retirarlas. El papel y el cartón van en bolsas amarillas; cristal, tetrabricks, plástico y metal en azules; y basura orgánica en blancas. Las de los primeros dos tipos las retiran los basureros una vez a la semana (al menos en el barrio en el que yo vivo), y las segundas, dos. Las bolsas salen a 55 de las antiguas pesetas según donde se compren.

Lo de Picardía viene a cuento de la gente que haciéndose pasar por policía, bombero o basurero, se te presenta en casa, cobra y desaparece. Cuando vienen los legítimos, y les dices que ya han pasado, se monta la marimonera: ¡Huyyyy!. ¿Cómo eran? ¿Y cuándo han pasado?… Y ahí te ves describiendo a un personaje sobreexcitado la fisonomía del pícaro, a la puerta de tu casa, en camisa y a 2 bajo cero.

Luego, además, resulta que hay cuerpos de servidores públicos que no autorizan a sus agentes a recaudar propinas, como la policía, pero gente que dice representarlos se te sigue presentando en casa año tras año, y te venden unas pegatinas muy aparentes de colaborador que algunos pegan en los parabrisas, esperando un trato más benévolo con las multas de aparcamiento. Craso error.

Que yo sepa, los basureros que pasan a por el aguinaldo son legítimos; el resto, no, pero siempre se les adelantan. Deben tener algún infiltrado en el servicio.

Los que también lo tienen bien organizado son los otros profesionales de la mendicidad. Hay en Bruselas una banda, quizás varias, que circula en furgoneta depositando en lugares clave, pronto por la mañana, a las mendigas del harapo y el bebé. Primero sacan el plástico sobre el que se sienta la mendiga, luego a la mendiga y al final al bebé. Unas cuantas horas después, la misma furgoneta pasa a recoger al agente y al beneficio recolectado. 

lunes, 15 de diciembre de 2008

Taburetes


Asisto con un punto de estupor al debate que se ha suscitado en Italia, a cuenta de la tributación de las trabajadoras de la vida. Sí, esas. Que si el Estado debería buscar sus ingresos por otro lado, que si se trata de una pantalla de humo para esconder temas más enjundiosos…
Siempre he pensado que el Mediterráneo templa mucho más que el Mar del Norte, que corta como un cuchillo. Juzguen si no: en Bélgica, cuya costa está bañada por el Mar del Norte, el ejercicio de la prostitución es legal, pero las que la ejercen, para poder beneficiarse de coberturas sociales y otros derechos laborales, tienen que registrarse como “masajistas” u otra actividad laboral homologada. La de puta, a secas, no lo está. Las que se registran tienen sus derechos frente a la explotación de los patronos, por ejemplo. las que no, no, pero tampoco se las puede cobrar impuestos.
En estos tiempos de trata de seres humanos, el esclavismo sexual está a la orden del día. Hay ayuntamientos que ven evolucionar ante sus narices lo que parecen ser próperos negocios, pero no pueden tasarlos y las investigaciones policiales, sobre todo cuando llevan emparejadas requisitorias internacionales, se eternizan. Pero en Crisnée, una pequeña localidad de la region de Lieja, los regidores municipales han dado con una fórmula original para tasar la actividad que tiene lugar en este género de establecimientos. Como no pueden poner impuestos ni a las señoras ni a sus patronos, pues ni ellas ni ellos tienen registrada actividad homologada alguna, han decidido poner una tasa por cada taburete adosado a la barra del bar. A 2.000 euros el primer taburete y los demás en progresivo descenso.
Bueno, el taburete o todo lo que sirva para apoyarse, sentarse o descansar, que es valorado como lo que en otros entornos son indicadores de riqueza.
Y la cosa marcha. Vaya que si marcha.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Vinilos


Hace poco más de un año les contaba a ustedes que el vinilo –ya saben, las viejas ‘galletas’ de 33 o 45 revoluciones por minuto, y de 78 antes, en las que la música nos venía envasada antes de que la industria descubriera los CDs- estaba de vuelta; que cada vez había, al menos en Bruselas, más locales en los que se vendían los viejos discos a precios muchas veces de derribo.

La verdad es que aquella estimación fue premonitoria porque estos últimos meses, el fenómeno del que entonces les hablaba se ha consolidado hasta extremos insospechados. Hoy es el día en que los mejores comercios del ramo ofrecen vinilos reeditados, a veces a partir de viejos masters analógicos, a veces de nuevos remasterizados.

Se trata de un fenómeno de amplitud todavía limitada, pero aparentemente consolidado. Por lo que he leído, incluso las grandes discográficas podrían estar detrás, experimentando con la fórmula para combatir la piratería. Copiar un disco de vinilo no es fácil; sus calidades musicales, las que los hacen tan apreciados por los melómanos, desaparecen en buena medida cuando son transferidos a cinta y las pletinas modernas que disponen de una salida USB por donde, una vez digitalizada, la señal es transferida a un CD, adolecen de los problemas de siempre: tienen que ser muy buenas, lo mismo que el grabador de CD, para que la calidad del sonido resultante esté a la altura. Y todo eso cuesta muchísimo dinero.

En Bruselas, hoy, en el marco de este revival del vinilo, ha tenido lugar una feria de viejos discos. Era su segunda edición. El lugar escogido era la Galerie Ravenstein, frente a Bozar, uno de los templos bruselenses de las artes. Me he acercado por la mañana: había muchísimo material, casi todo él de segunda mano, clasificado por géneros y épocas. Y una multitud de aficionados dispuestos a invertir horas revolviendo en todo aquel batiburrillo, en busca de viejos tesoros.

No he podido dejar de pensar en los catálogos de vinilos dispuestos en Internet, con sus poderosas bases de datos incorporadas, que te permiten localizar una aguja en un pajar en fracciones de segundo, o en los modernos servidores de música que almacenan decenas de miles de canciones sin compresión en discos duros de enorme capacidad, y que te los ponen al alcance de los oídos con una ligera presión de los dedos sobre un mando a distancia que parece el cuadro de mandos de una nave espacial en una película de ciencia ficción. Y no se sabe muy bien quién ha copiado a quién: si los de la película a los del mando, o viceversa.

Pues el caso es que allí estaba aquella variopinta parroquia, discutiendo sobre la calidad de conservación de tal o cual cubierta o regateando precios que, no crean, no, tampoco permitían grandes alegrías. En determinadas estanterías de ‘rarezas’, las piezas andaban por los 50 euros, y aún más.

La verdad es que para un rato la situación resultaba simpática. Dedicarle más tiempo a la cosa requería unos niveles de entusiasmo que a mí me faltaban. Frente a la compra de música con el ratón del ordenador, bucear durante unos minutos en aquel montonazo increíble de soporte musical físico te transportaba a otro mundo.

Los organizadores del evento parecen tener claro que el mercado pide algo de esto: hasta noviembre del año que viene hay programados más de treinta actos como este en todo Bélgica. Dentro de un año les diré si se programan más ferias de estas o no, es decir, si el fenómeno va al alza o si retrocede.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Hong Kong


Me he quedado bastante sorprendido por la respuesta que el diputado Ignasi Guardans ha dado a mis interrogantes del post “Bombay”. Me dice que él y sus otros seis compañeros de delegación estaban allí para “verificar cuáles son la preocupaciones de la India en las negociaciones en curso en la Organización Mundial de Comercio, y otro tanto en el acuerdo bilateral con Europa. En ambos se juegan mucho también las empresas y los consumidores españoles. El control parlamentario de estas negociaciones las hace más transparentes y democráticas, sacándolas de los cenáculos tecnócratas tantas veces criticados”.
Mi sorpresa responde a un hecho sencillo: el Parlamento europeo carece de competencias en materia de política comercial. Las cosas, en este terreno, pasan de la siguiente manera: la Comisión formula propuestas a los Estados miembros. Estos las discuten en el Consejo de ministros y otorgan a la Comisión un mandato negociador, cuya evolución es analizada en el seno de comités competentes, y en el propio Consejo. Al Parlamento sólo se le consulta después, y no en el marco de un procedimiento que le confiera poderes coercitivos reales. Les adjunto en un fichero aparte los artículos correspondientes al caso del Tratado de Niza, que es el que está en vigor, por si les pica la curiosidad.
En fin, que Guardans y los suyos estaban allí llevados -vamos a decirlo así- por una sana curiosidad, más que porque sus responsabilidades se lo exigieran. Cuando uno tiene responsabilidades públicas, las afronta con fondos públicos. Pero es raro que alguien tire de fondos públicos, aprestados por los contribuyentes, para cometidos que no están respaldados por una responsabilidad pública. Guardans y los otros seis lo ha hecho y a mí no me vale como justificación que me digan que la India vive un momento interesante y que hay que estar allí para sacar los debates comerciales de los círculos tecnócratas. ¿Cómo va a hacerlo el señor Guardans, si nadie le va a llamar para que ejerza autoridad en esta materia, de la que carece institucionalmente?. A mí también me gustaría conocer el momento que vive la India, pero mi director no me paga el viaje -menos en primera y aún menos con estancia en un hotel de lujo-, y me tengo que quedar con las ganas.
Yo publiqué el post de Bombay porque lo de los viajes de sus señorías es bastante escandaloso. Lo de Guardans no tiene justificación, por mucho que él se empeñe, pero, a fin de cuentas, su curiosidad viajera a costa del contribuyente es pecata minuta en comparación con el viaje a Hong Kong, en diciembre de 2005, de otra delegación de comercio exterior de la Eurocámara. Allá, hace casi tres años, con motivo de una ministerial (no una cumbre, sino una reunión de ministros de Comercio), de la OMC, que se veía acompañada de una reunión parlamentaria, se fueron treinta (¡30!) europarlamentarios. En primera, claro, y a hoteles de lujo. Y otra vez se invocó una materia, la política comercial común, sobre la que el Parlamento europeo carece de competencias.
Guardo en mis archivos los minutos de las Conferencias de Presidentes (de grupos políticos) en las que se decidió aquel disparate. Se narran en ellos cómo el Consejo había propuesto a la Eurocámara que fueran 26 de sus miembros, y cómo la cifra fue aumentada hasta 30 por los responsables de la Eurocámara.
Y se dice también que la misma Conferencia de Presidentes autorizó a 8 miembros de la Delegación a desplazarse a la provincia china de Guandong, la antigua Cantón, la provincia más poblada del sur de China, “probado que no se rebasaban los márgenes presupuestarios” del viaje a Hong Kong.
Estoy seguro de que había margen suficiente: el vuelo a Hong Kong en primera, desde Bruselas, sale por entre 11.976 y 12.063 euros.
Y todo ello, además, teniendo en cuenta que, según las “Reglas de viajes para delegaciones de comités más allá de las tres plazas de trabajo”, adoptadas por el Buró de la Eurocámara el 2 de octubre de 2000, ningún comité parlamentario está autorizado a viajar fuera del territorio de la Unión. Ni el de Hong Kong, ni el de Bombay.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Bombay


El eurodiputado Ignasi Guardans (Liberales del Parlamento por Convergencia Democrática de Cataluña) ha montado una buena escandalera por la descoordinación de la UE en el rescate de los europeos atrapados en Bombay (India) cuando los úlktimos atentados atentados terroristas.

Dice Guardans, y no parece que le falte razón, que aquello ha sido un caos: que el alemán vino a llevarse a los alemanes, que Esperanza Aguirre se fue corriendo, que en el avión español no cabían todos los españoles que debían ser evacuados…

Esto del Airbus español a mí, personalmente, me ha parecido una chapuza. Había más de 60 españoles en Bombay, pero esas eran las plazas disponibles en el avión. Se trata de la última gran adquisición del Ala de Transporte de personalidades del Estado español, (creo que es el Escuadrón 45). Sólo hay uno de esos airbuses. Lo adquirieron para sustituir a los dos viejos “707” que, a pesar de haber sido remotorizados, daban muchos problemas. Es el avión que utilizan el rey y el presidente del gobierno en desplazamientos largos. Tiene dormitorio, salón privado y creo que también ducha. De ahí que sólo quepan 60 personas más.

Pero si lo del avión español no me queda claro (hubiera sido más coherente fletar un charter con 200 plazas que andar mendigando asientos en el avión francés), lo que tampoco me cuadra es lo de Guardans en Bombay. Que yo sepa, este eurodiputado se encontraba al frente de una delegación de otros seis miembros de la Eurocámara, ocupada en asuntos de comercio exterior.

Cuando Guardans empezó a hablar desde Bombay, los periodistas de Bruselas intentamos saber qué pasaba con esta historia y descubrimos que el viaje de la delegación parlamentaria a la capital económica de la India no era conocido en amplísimos estratos de la institución,

Que el Parlamento europeo tenga a 7 personas en un hotel de lujo de Bombay discutiendo de comercio exterior es, cómo decir, ¿exótico?. Sobre todo si se tiene en cuenta que los viajes intercontinentales de los eurodiputados se efectúan en primera. En Lufthansa sale a 7.985 euros ida y vuelta por plaza el vuelo a Bombay. No sé si la delegación europea ha utilizado esa compañía aérea, pero es una de las que lo pone más fácil desde Bruselas.

¿Qué pintaban Guardans y los otros 6 europarlamentarios en Bombay? ¿Era su viaje realmente necesario para el normal desenvolvimiento de las relaciones comerciales entre la UE y la India?. ¿Qué criterios se siguen para decidir estos desplazamientos y que seguimiento se efectúa de sus resultados? 
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